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BULLYING, UNA REALIDAD QUE NO DISMINUYE EN MÉXICO
 
Me pegan, me insultan, me ponen apodos”, afirma un estudiante de secundaria, al describir su día en una escuela de Latinoamérica. México no es la excepción, pues al menos el 69 por ciento de los estudiantes de educación media superior afirma haber experimentado algún tipo de agresión o violencia en la escuela. No son casos aislados, se trata de golpes, insultos y burlas que forman parte del día a día.
Joan Serra Hoffman, especialista en seguridad ciudadana del Banco Mundial, señala que ante esta realidad, “una escuela no es una isla”.
Antonio Gutiérrez Trejo
 
EUM SEIE 30 enero
 
Revela que “el factor más predictivo son los niveles de la violencia circundante”, ya que importa mucho cuán seguro es ir y regresar de la escuela, por ejemplo, si hay rutas seguras, o si hay supervisión adecuada alrededor de la institución.

“Generalmente las escuelas con mayor incidencia de violencia están situadas en las comunidades menos organizadas”, agrega Serra Hoffman.

Continente violento, escuelas violentas
Estos fenómenos de violencia en las aulas son, en opinión de los expertos, el reflejo de lo que se vive en la que es, sin duda, la región más violenta del mundo, pues en América Latina, con un 10 por ciento de la población mundial, ocurren el 30 por ciento de todos los homicidios del mundo.

La especialista del Banco Mundial refiere, como recientemente lo dio a conocer el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, que preside José Antonio Ortega Sánchez, que México ocupa el segundo lugar en la aportación de ciudades que aparecen en el ranking de las 50 urbes más violentas en el mundo.

Pero hay esperanza, dice Hoffman. La escuela es un lugar ideal para crear un “refugio”, donde se pueden “desarrollar aptitudes de convivencia”. Al final de cuentas, dice, los jóvenes a veces pasan más tiempo con sus maestros y compañeros que con sus padres.

De hecho, más de la mitad de los estudiantes del sexto grado de primaria en la región dijeron haber sufrido algún tipo de violencia a manos de sus compañeros (robos, insultos, golpes o amenazas), según un análisis publicado en la revista de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
El análisis de la CEPAL refiere que, en México, casi el 69 por ciento de los estudiantes de educación media superior encuestados por la Secretaría de Educación Pública (SEP), dijeron haber experimentado algún tipo de agresión o violencia en la escuela.

Agrega que en Brasil, un 70 ciento de los estudiantes afirmó haber visto un compañero siendo intimidado al menos una vez, mientras que en Argentina el 66 por ciento de los estudiantes reconocieron que sabían de frecuentes humillaciones hacia alumnos, según la UNICEF.

Estas cifras muestran claramente que en las escuelas de América Latina se convive con distintos tipos de violencia todos los días. Y esa situación está directamente relacionada con el entorno, las comunidades y las sociedades en las que están esas escuelas.

El papel de la comunidad
Una de las primeras cosas que se deben tomar en cuenta, según la experta del Banco Mundial, es el vínculo entre la escuela y la comunidad. “Muchas veces el sector educativo se encuentra a nivel estatal o federal, y no hay esta articulación que se debería de tener con la comunidad cercana a las escuelas, pero son aliados muy importantes”, explica.

Escuela y comunidad, refiere, deben trabajar juntos para mejorar la seguridad en el camino hacia la escuela, mantener los espacios de recreación y crear un entorno más saludable.

La otra recomendación es tener más diálogo entre las escuelas y los padres. “Hubo muchas iniciativas en las cuales las escuelas abren sus puertas a los padres y a la comunidad de una forma consistente como parte de su pedagogía”, dice Serra Hoffman. Hay escuelas en diferentes partes de América Latina que ofrecen actividades culturales o talleres para padres.

Un buen ambiente en la escuela puede contribuir a reducir la violencia, pero también ayudar a mejorar otros factores, como la prevención del embarazo precoz o el consumo de sustancias, explica la experta en su análisis.
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