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REFLEXIÓN EN TORNO A LAS CANDIDATURAS INDEPENDIENTES EN MÉXICO
 
Las recientes elecciones federales y estatales en México se constituyeron como un punto de quiebre respecto de las formas tradicionales sobre las que se fueron configurando los comicios para el relevo en el poder público del país.
Bernardo Aguilar
 
EUM SEIE 28 agosto 2015.-
 
En efecto, no sólo fueron unas de las más caras, tensas y grises de las que se tenga memoria, sino que, por primera vez en la historia reciente, observamos la incorporación de las llamadas candidaturas independientes como alternativa ciudadana sobre las que los electores pudieron optar en algunos puntos de la República. Los casos más llamativos de esta nueva figura electoral fueron la del gobernador electo de Nuevo León, Jaime Rodríguez “El Bronco”, y la del diputado local por Guadalajara, Pedro Kumamoto.

Más allá de un análisis sobre el impacto de estos dos casos populares o las dificultades –legales, económicas, mercadotécnicas– que sortearon para ganar sus respectivas demarcaciones, resulta pertinente una breve reflexión sobre el papel que jugarán los candidatos independientes en el espectro electoral y político mexicano. El tema no es menor, si consideramos que el año siguiente habrá elecciones para renovar poderes ejecutivos en al menos una docena de entidades, así como legislaturas locales y alcaldías.

En un primer momento, vale la pena resaltar que el diseño institucional bajo el cual empezó a operar esta modalidad de candidatura llevó una instrumentación más o menos complicada para que varios ciudadanos lograran el registro en la boleta. Este factor puede ser considerado como una debilidad, pues, pese a que en el discurso político se asegura la participación para todos, en la praxis resulta difícil que se cumpla con ciertos requisitos normativos –como por ejemplo recabar un determinado número de firmas del padrón electoral–, lo cual no es un incentivo que aliente la incorporación de más candidatos en las elecciones.

Por otro lado, suponer que existen candidatos independientes implica, de entrada, que no tienen ninguna relación con algún instituto político –sea por afinidad ideológica, programática o demostrada militancia–. No obstante, el camino de las “candidaturas independientes” es la salida que pueden encontrar individuos a los que su partido político negó una candidatura y que cuentan con un capital político importante el cual prefieren aprovechar con esta nueva forma de participación. De ahí entonces que sería paradójico observar a ciertos participantes enarbolando una supuesta separación del sistema de partidos, aunque más bien sean producto de ellos, y que abusen de un canal supuestamente pensado para los ciudadanos.

En otra perspectiva, el modelo democrático actual de México no alcanza para que un número importante de individuos se interese en participar en las elecciones. Los sondeos más recientes sobre cultura política y confianza en las instituciones demuestran que tanto los comicios, como las autoridades electorales y partidos políticos son objeto de alta desconfianza social, lo cual se refleja en la baja asistencia ciudadana el día de las votaciones. Así, podríamos decir que estamos frente a un círculo vicioso que beneficia en última instancia a la “partidocracia” y el establishment mexicano: En efecto, si los pocos espacios de participación “ciudadana” cuentan con candados, si hay poca o nula confianza en instituciones, y si los sujetos que logran acceder tienen vínculos con los partidos políticos, ¿no resultaría, entonces, que todo se modificó para quedar como estaba?

Desde luego que hay múltiples aristas sobre las cuales reflexionar alrededor de este tema, pero quedan éstas registradas como un esbozo inicial para generar una discusión crítica que contribuya a crear un ánimo consciente en la ciudadanía sobre los verdaderos alcances de su participación. Pero también quedan como una invitación a considerar insuficientes los canales que se han abierto en vías de “ciudadanizar” una democracia que, a todas luces, no termina de ser sino una aspiración no compartida entre sociedad y partidos políticos.

@yoinfluyo
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